![¿Qué es arte?](http://masacritica.art/cdn/shop/articles/Que_es_el_arte_portada.jpg?v=1724945830&width=1100)
¿Qué es arte?
Autor: José Ortiz · Follow // Tiempo de lectura 9 min
Bien de mañana un sábado, con clima espectacular, me puse a revisar que exposiciones estaban activas para ir a darme una vuelta. Una colección variopinta, que iba desde el arte “tradicional” hasta las instalaciones más sofisticadas, pasando por la gráfica y el diseño. Un par de imágenes me llamaron la atención e incluso, me parecieron un tanto extrañas. Ese pensamiento me acompañó durante el desayuno y ya más tranquilo y con un buen café en la mano me puse a pensar en esas cosas que lo pueden llevar a uno a lugares olvidados de la mente y así resurgió una pregunta que ya me había planteado varias veces: ¿Qué es el arte?.
Uno va de feria en feria, de taller en taller, de museo en museo y se encuentra con una gran cantidad de objetos exhibidos como obras de arte, unos con gran pompa otros de manera solemne pero todos con la intención de generar algún tipo de reacción. Algunas veces llego con una gran ilusión a ver una exposición que he esperado durante semanas y luego de un par de minutos termino decepcionado, porque lo que en una imagen parecía una propuesta audaz, termina siendo un buen afiche o un coqueto adorno para la sala.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/arte-contemporaneo-1-e1619034811704_b533b2e6-b725-4c27-a5dc-6f977a86a8e9_1024x1024.jpg?v=1724947277)
Antes de entrar en detalles quiero dejar claro que lo más sencillo es salir con una de las frases de siempre: “el arte es indefinible”, “cada quién hace su definición de arte” o la peor de todas: “no se puede decir qué es el arte, solo se puede decir lo que no es”. Y es que definir lo que es arte y lo que no, es una tarea compleja, ya que casi cualquier definición de parece insuficiente cuando se trata de describir un término que engloba en su complejidad teórica y práctica un sinnúmero de recovecos estéticos, filosóficos y humanos. Teniendo esto como premisa, me atrevo escribir un esbozo para una buena conversación sobre este tema.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJpbSI6WyJcL2FydHdvcmtcL2ltYWdlRmlsZVwvbGEtZnVlbnRlLWR1Y2hhbXAuanBnIiwicmVzaXplLDIwMDAsMjAwMCJdfQ.tGSvnG4V-wz2AgEv1tW68xXVyQ38aYHMIDPRrgo-VaU_480x480.png?v=1724945877)
Hace más de un siglo, con el advenimiento de las vanguardias y la fotografía se comienzan a desafiar las nociones tradicionales del arte y es quizá Duchamp el que marcó un punto de inflexión. En 1917 este artista compró un orinal blanco de porcelana, lo tituló “Fuente”, lo firmó con el seudónimo de R. Mutt y lo mandó a la Sociedad de Artistas Independientes para que fuese incluido en su exposición anual con el resultado, totalmente esperado, de que fue rechazado. La obra se Duchamp se ha clasificado como disruptiva, iconoclasta y provocativa, sin embargo, al final de cuentas era solo un orinal. La Fuente, por su contexto, adquirió su lugar como una de las obras más influyentes de la historia del arte. En esos años se defendía la libertad de que cualquier cosa podía ser arte, así que la acción de Duchamp fue más un acto de provocación, una forma de llevar sus ideas al extremo: si su “Fuente” podía ser arte y estar en un museo, cualquier cosa podría ser arte. La estética era lo de menos, lo importante era la idea que ponía frente al espectador.
De este modo, Duchamp hace evidente que una obra puede ir allá de su significado material, le da carácter de arte a un objeto cotidiano, quitándole lo sublime que envuelve el concepto tradicional del arte, que había estado ligado a la representación platónica de la belleza que venía desde la antigua Grecia, con un interés por representar la perfección de la naturaleza con un énfasis en la proporción y la armonía. Ahora Duchamp era la punta de lanza de un movimiento que se contraponía a ese ideal, dándole preponderancia a la necesidad de trasmitir ideas y de generar sensaciones.
Kant, en su Crítica del juicio distingue entre “lo agradable”, entendido como aquello que para alguien es “bonito” y que tiene que ver con las preferencias individuales de cada uno, y “lo bello”, entendido como un juicio que transciende ese individuo y lo es, independientemente sin importar quien sea el espectador. Si lo bello corresponde al sentimiento, lo sublime apela al entendimiento; lo bello agrada, pero lo sublime conmueve. Añade además Kant que lo sublime, por su nobleza, no puede ser representado y por tanto el arte podría definirse como “el intento por parte del artista de realizar una representación que lleve al receptor a experimentar lo sublime.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/pexels-photo-460736_e92c7dc5-3730-4832-943a-b6d3d6b8b28a_1024x1024.webp?v=1724947278)
Es en este punto en dónde la cuestión se pone más complicada ya que ante este panorama “cualquier cosa puede ser una obra de arte”. Surge entonces la necesidad de una definición de lo que realmente es arte y como cualquier otra definición resulta sumamente complejo llegar a un acuerdo. Si nos ponemos a pensar detenidamente hasta el hecho de definir algo tan cotidiano y banal como una bola puede resultar todo un reto. Según la Real Academia Española una bola es un cuerpo esférico. De este modo, la bola puede ser grande, pequeña, de madera, de metal, suave o dura y en cualquier de los casos seguir siendo una bola. Ante este problema, el filósofo Peter Danto trata de definir una de las características fundamentales de lo que se considera arte: su carácter metafórico. La obra de arte debe tener un significado más allá de su significado material y este deber ser leído por el espectador, lo que lleva a una interpretación. Según Danto, se trata de colocar un objeto en la posición de otro, para que de este modo se pueda ver desde otra perspectiva y ofrecer otra lectura.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/450_1000_copy_480x480.jpg?v=1724947541)
Algo complicado para una reflexión de domingo por la mañana con un café en la mano, pero que puede explicarse más fácil si tomamos de ejemplo lo que ocurre en el cine. Si vemos a Joaquín Phoenix en Napoleón estamos claros de que el no es en realidad Napoleón, pero llega a representarlo con tal intensidad que en determinado momento se pierde la noción de que estamos viendo a Phoenix y comenzamos a ver sus acciones desde la perspectiva de Napoleón. El objeto se exalta por encima de su significado literal, le da otras cualidades y sufre una “transmutación”.
Lo anterior parece ser un buen comienzo para una definición, sin embargo, bajo esta premisa un simple mapa podría ser una obra de arte. Sin embargo, es aquí donde entra otra parte de la definición. El verdadero arte no busca la representación literal de la realidad, sino busca una distorsión deliberada de la misma. Esta capacidad del artista de representar una idea con un estilo propio tiene que complementarse con la necesidad implícita de que esa idea sea debidamente interpretada por quien la observa, lo cual, a su vez plantea otro reto, ya que ese espectador va a estar influenciado por sus experiencias, su educación, su cultura y sus vivencias, dándole valor al contexto y al momento histórico.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/pexels-photo-9999876_480x480.jpg?v=1724947279)
A la luz de lo anterior y a pesar de las diversas teorías, Danto define el arte por dos criterios esenciales: el significado y su “encarnación”, y a estos les suma un tercer criterio, el de la interpretación que cada espectador aporta a esa obra. Un poco etéreo para los que no tenemos formación en el campo de las artes, pero como bien lo planteó el gran historiador del arte Ernst Gombrich alguna vez: “…los académicos que recurren a despliegues retóricos quieren exhibir su conocimiento y su autoridad… nuestro trabajo es subrayar los valores de Rembrandt y mostrar qué es lo que hace que un cuadro suyo sea una gran obra de arte”. Las definiciones no pueden convertirse en un arma para desacreditar una obra o al artista que la creo, por el contrario, son una herramienta sobre la cual organizar el conocimiento y continuar con el desarrollo de ideas entorno a la producción artística y sus valores. El arte es para disfrutarlo y no puede estar subyugado a definiciones teóricas que limiten la capacidad de creación del artista. Como el mismo Gombrich escribió: “no existen reglas que nos expliquen cuándo un cuadro o una escultura está bien, por lo general es imposible explicar exactamente con palabras por qué creemos que estamos frente a una obra maestra”. El arte está por encima de reglas y convenciones.
Hay mucho escrito al respecto, gente que se ha dedicado durante años a desarrollar todas estas teorías y consideraciones filosóficas, sin embargo, en estos párrafos está mi forma de pensar respecto a lo que es el arte, como yo lo percibo y como lo vivo. Mi interés es generar algún grado de curiosidad para que alguno de los que lleguen a leer este texto busque en su interior una definición de arte que lo convenza y a partir de ella construya su propia visión. Para mí, el verdadero arte tiene la capacidad de plasmar una realidad y hacer sentir; es la capacidad de plasmar una idea y emocionar; es la capacidad de imprimir una fantasía y hacer soñar. Es la capacidad, en definitiva, de la creación.
![](https://cdn.shopify.com/s/files/1/0645/0407/0310/files/pexels-photo-2883055_1024x1024.webp?v=1724947115)
Se enfrió el café y creo que estoy en un lugar muy cerca del que comencé. Definir lo que es arte no es tarea fácil e incluso, creo que es un esfuerzo inútil. Al enfrentarnos a una obra intervienen muchísimos factores que pueden influir en la apreciación de ese momento, sin embargo, el hecho de plantarnos frente a una obra y permitir que nos lleve a mundos y escenarios impensados en la vida real hace que todo el esfuerzo del artista valga la pena. Es necesario seguir construyendo una cultura que nos de la oportunidad de mirar más allá de lo que nos ponen en frente, una sociedad que sueñe y busque la exaltación de todo aquello que nos hace humanos.