
Ep.02 - Arnaldo Moya
Autor: José Ortiz · Follow // Tiempo de lectura 6 min

Arnaldo Moya Gutiérrez, construyendo una colección
Más allá de la simple acumulación de objetos, el coleccionismo es una ventana a nuestras pasiones, historias y, sorprendentemente, a nuestra identidad cultural y económica. Cada coleccionista crea un mundo propio, un concepto, que va desarrollando paulatinamente hasta crear su propia interpretación del arte.
Arnaldo Moya Gutiérrez es uno de esos coleccionistas. Su formación académica es de historiador, con una carrera intachable, ampliamente reconocida dentro y fuera del país y por convicción, heredero y guardián de una de las mayores colecciones de obra del Maestro Fernando Carballo.
Nació en la ciudad de Cartago, en una habitación de su casa, como también le tocó a sus hermanos, con la misma partera, como si estuviese escribiendo una versión criolla de Cien Años de Soledad.
Lo del coleccionismo fue paulatino. Su familia tenía un Carballo, de los años 80, que su madre apreciaba mucho. Un día le prometió que iban a tener toda un colección de Carballo, a lo cual, ella estuvo totalmente anuente. En el año 2002, dos años después de haber regresado de México y haber concluido su posgrado en historia, se le presentó una oportunidad que no podía dejar pasar. En una feria de Escazú, se topa con Ignacio Carballo, que estaba vendiendo una obra que mostraba una mujer sosteniendo un pescado en sus manos: Amanda el día que conoció el mar. Fue amor a primera vista, la obra generó un encanto inmediato y luego de varias gestiones consiguió el dinero para comprarla. Así comenzó la historia y hoy ya son 22 años de coleccionar.

Al apreciar la Colección, se nota que hay un esmero por reflejar cada una de las etapas de Carballo. Se ve muy fuerte su obra de los 70, de los 80, hasta llegar a su obra más reciente. Es curioso, los más jóvenes vemos la obra de Carballo y con frecuencia pasamos por alto momentos icónicos de su carrera: los premios de dibujo, los gritos, los ángeles caídos y su experiencia inicial con el grabado.
Conseguir obra de períodos específicos de un artista como Fernando Carballo no es tarea sencilla. En este punto, Arnaldo hace una afirmación contundente: cuando uno ve una obra que lo conmueve, se enamora de ella. Si uno no se enamora, no es coleccionista.
“A mí me gusta mucho la obra en blanco y negro”, exclama con particular orgullo. Basta con ver alguna de sus paredes para corroborar que Arnaldo se desvive por el juego de sombras y luz que dan las tintas y el pincel seco en manos de Carballo. Se trata de obra muy dinámica, muy expresiva, con mucha textura. Lo más importante para para el coleccionista cartaginés es que ha logrado “… dialogar con esa obra, eso es lo rico que tiene la obra de Fernando Carballo. Establecer un diálogo. Y cuando digo establecer un diálogo es porque esas imágenes te hablan, pero no solo te hablan, sino que crean un ambiente, cierta mística entre la imagen y el coleccionista”.
Quizás la obra más icónica de la Colección es La Palabra, sin embargo, aprovecha el momento para mencionar alguna de sus obras consentidas: "Mientras tanto”, "La prima hermana de Venancia tetas de Cabra” y por supuesto “Amanda el día que conoció el mar”.
"La palabra" estuvo fuera de Costa Rica durante mucho tiempo. Había sido adquirida por un ecuatoriano y en el 2011 le llegó el rumor de que su dueño la quería vender. “Nos preparamos en tres días para ir a recoger "La palabra" y estuvimos tres días en Ecuador. Nos la trajimos y pasé del aeropuerto directamente a enmarcarla en San Rafael de Escazú, para que unos días después se expusiera en la Galería Pueblarte”.

¿Por qué es tan importante "La palabra"? ¿Qué fue lo que lo enganchó? Con cierto tono que deja ver su profundo conocimiento, se apresura a explicar: ”La palabra" tiene mucha fuerza, es una obra poderosa. Si uno mira con atención, toda la simbología tiene que ver con la palabra censurada. La mano al frente, el pasador de portón… es la censura y tiene que ver esa censura con el momento que vivía Centroamérica. Estamos hablando de una Centroamérica sumida en guerras civiles, en la guerrilla, en una serie de violencia política tremenda de la cual Costa Rica era ajena. Fernando Carballo es un pintor político, con ideas firmes que expresa en su obra.
La exposición del 2015 en el Museo Calderón Guardia es algo que probablemente añoran muchos coleccionistas, que como Arnaldo, piensan que ese esfuerzo de coleccionar, de construir un cuerpo de obra que tenga significado, debe darse a conocer, y así, permitir que nuevas generaciones puedan conocer a ese artista.
A la luz de toda esta experiencia, de tantos años de coleccionar, de ver obra, de valorar, de realmente sentir el arte, ¿cuál sería un buen consejo para el nuevo coleccionista?, sin dudarlo, expone su pensamiento: “… ese nuevo coleccionista debe acercarse a alguien con cierta experiencia para que le dé unas primeras recomendaciones. Porque a fin de cuentas el propio coleccionista va a terminar siendo el curador de su colección”.
Mark Rothko decía que para él el arte es una aventura en un mundo desconocido que puede ser explorado solo por quienes se animan a asumir el riesgo. Uno no decide hacer una colección, es una actitud de vida. Arnaldo Moya es un ejemplo de que con dedicación y perseverancia se puede construir una colección relevante y que se puede aportar como coleccionista a la compresión y difusión del Arte Costarricense.
Entrevista completa: