El pensamiento de Jorge Gallardo: El Arte por la caridad

El pensamiento de Jorge Gallardo: El Arte por la caridad

Autor: José Ortiz Follow // Tiempo de lectura 8 min

El Arte por la Caridad es un artículo de 1968 escrito por el Maestro Jorge Gallardo, el cual forma parte del libro Dibujos, publicado en 1971 por la Editorial Costa Rica. A sus 44 años, decide escribir sobre su pensamiento: basado en el amor por el prójimo y su aprecio por Latinoamérica. 

Gallardo inicia con una frase contundente: los artistas contemporáneos han adoptado, en su mayoría (unos consciente, otros inconscientemente) una actitud basada en el lema: el arte por el arte. A partir de esa afirmación inicia un análisis histórico de cómo esa actitud se fraguó a lo largo de la historia, desde el renacimiento y hasta que se instauró oficialmente en 1830 en París, con el surgir del movimiento parnasianista en la poesía, que impone que la belleza pura sustituye al bien absoluto, no importan ni la verdad ni el hombre, solo la belleza. A su vez, el parnasianismo surge como reacción al romanticismo, que según su criterio había abusado de la expresión de los sentimientos y particularmente del abordaje de los temas históricos y políticos. Para él, ese último hecho era una deficiencia inaceptable, ya que el arte político muere al morir el ideal que lo genera, y además lo ilustra con lo ocurrido con el muralismo mexicano, que perdió fuerza una vez finalizada la revolución.

Don Jorge repudiaba las  ideas de Baudelaire, en donde planteaba que la poesía no tiene más objeto que la poesía misma, su objetivo no era la verdad. Gallardo mostraba su preocupación ya que de acuerdo a su pensamiento, el artista estaba obligado a buscar la verdad, a buscar a Dios y transmitir esa verdad a través de su obra. Para él, el artista se sume en el mundo egoísta de la belleza por la belleza y se olvida de su obligación con Dios y con el prójimo, “su producción artística se convierte en un lenguaje complicado, dirigido a una minoría intelectual e intelectualoide y a una burguesía ignorante y mal intencionada”.

Es en este punto, donde Gallardo arremete contra el cubismo, marcando como el inicio del caos: Las Señoritas de Avignon, realizado por Picasso entre 1906 y 1907 y que según él, abrió las puertas a los farsantes del arte, que “incapaces de afrontar profundamente los problemas del Ser Humano y al Arte, huyen través a través de esas puertas… lo que les conviene es llevar el arte a no decir nada y evitar que el artista tenga una intervención directa en la sociedad. El Arte se convierte en un elemento decorativo.

 

De acuerdo a Gallardo, todo este moviendo es acogido por el materialismo capitalista en Estados Unidos y trata de imponerse a toda costa con la fundación del Museo de Arte Moderno de Nueva York y el apoyo de galeristas y críticos. Ante esto, la única oposición fue la ejercida por los muralistas mexicanos, quienes buscaron en su tierra hasta llegar a un concepto estético inconfundible. Decía que los artepuristas querían que el arte fuese igual en todos los países, creyendo que eso era universalizarlo, sin embargo, para él, era simplemente que no se percatan de que lo universal es lo que tiene raíz local, que el hombre y la naturaleza son diferentes en América Latina: hay otra luz, otra intensidad.

Para Don Jorge, era evidente que  “la actitud decorativista elude los problemas fundamentales del hombre en la tierra y busca refugio en la  especulación intelectual: el Arte por el arte es una actitud producto de la decadencia”, y que la única salida a esa situación era la Caridad, entendida en un sentido amplio como el amor al prójimo y no el el sentido de dar migajas cuando se tiene millones en el banco.

Don Jorge Gallardo Gómez fue un artista extraordinario, con una profunda sensibilidad humana y un profundo sentido social, entendido desde la perspectiva del amor al prójimo y a lo creado por Dios. Para Rodman, nadie como él, ha penetrando más profundamente dentro de la fisonomía y sicología del campesino, con su línea ennoblece la pobreza, la fatiga y la ancianidad, con la misma facilidad que abraza la juventud, la maternidad o la danza.

El Arte por la Caridad es un testimonio que retrata al hombre más allá del artista, evidencia el esfuerzo incansable porque el Arte trascienda y se convierta en una herramienta de cambio social. Más allá de cada trazo, de cada dibujo y cada pintura, hay un sentimiento de admiración  por lo genuino, por lo auténtico, por lo que realmente nos hace humanos.

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Gallardo, Jorge, Dibujos, Editorial Costa Rica, Imprenta Tres Hermanos, San José, 1971

Rodman, Selden, El Arte de hoy en Centroamérica, The New York Times, 1966.

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