Chetts: un alma inquieta que palpita cultura
Autor: José Ortiz · Follow // Tiempo de lectura 8 min
Para nadie es un secreto que cada día son más frecuentes las actividades culturales fuera de San José. Existe toda una serie de protagonistas que mueven la escena cultural y que logran agrupar a muchos individuos para construir comunidad y llevar el arte a los pueblos.
En Alajuela, existe un promotor que durante años se ha dedicado a generar espacios y crear emprendimientos relacionados con la cultura urbana y el diseño. Su nombre de pila es Joel, pero casi todo el mundo lo conoce como Chetts. Nos lo encontramos en Vida Eterna, su estudio de tatuaje, y con tranquilidad, nos contó un poco de lo que es ser un promotor cultural fuera de la capital.
Chetts apenas roza los treinta años, pelo largo, con muchos tatuales, siempre lleno de energía. Empieza por describir sus orígenes: “Todo nace del skate”. Sus padres le dieron mucha libertad, tuvo contacto muy temprano con la música punk que era la preferida de su papá, quién además también patinaba. Ese mundo le abrió la puerta a una cultura que lo atrapó. El estilo de vida, las imágenes, las patinetas y por su puesto el tatuaje comenzaron a ser parte de su propio vivir. Desde joven tuvo habilidad e interés por el dibujo. Le gustaba recortar figuras y luego reproducirlas en sus cuadernos, personajes que salían de su imaginación y que poco a poco fueron construyendo todo un imaginario.

Chetts en su estudio.
Tanta libertad tuvo sus consecuencias y a los 16 años decidió irse de su casa. Al poco tiempo consiguió trabajo como “perforador” en un estudio, sin embargo, por dentro lo quemaban las ganas de tatuar. A Chetts le tocó aprender de la manera de la vieja escuela: “¿Quiere agarrar una máquina? Venga, limpie el piso, limpie todos lo que usamos para tatuar, había que demostrar que uno tenía ganas, que tenía hambre”.
Con el tiempo fue aprendiendo las bases del tatuaje y consolidando un estilo. Comenzó a ganar un poco de dinero, como treinta mil colones por semana, un monto que a los 17 años y sin ninguna responsabilidad era como tocar el cielo: ”No tenía limites, me excedí y exprimí la vida”. Pero de inmediato es claro en afirmar que esa etapa fue la que lo marcó y que al fin de cuentas lo llevó a madurar y convertirse en la persona que es hoy.
Su estilo se decantó por la estética del tatuaje tradicional. Línea gruesa, color plano, sin mucha profundidad: “Empiezo a darle valor a lo que hago, sin embargo, el comienzo fue difícil, no vendía nada y dije:madre, ¿por qué estoy en este puto local?Voy a tirar todo. Y también me dije, mae no, mae, relájese”. Al poco tiempo tuvo un encuentro con un par de tatuadores mejicanos que le cambiaron la vida. Se creó un amistad que terminó con Chetts vendiendo todo y viajando a México: “Literalmente todo, hasta el Nintendo, que era mi bien más preciado”.
Su primer destino fue Torreón: ”Si los invitan no vayan, artísticamente muerto”. Era como una condena, pero ese no era el fin de la aventura. Logró hacer varios contactos y se trasladó a Monterrey. Ahí era diferente….”Hay un exceso de graffiti, hay un exceso de música, hay un exceso de arte”. A partir de ese momento el estudio de tatuaje de su amigo se convirtió en su escuela. Ese estudio además de ser un centro de tatuajes muy popular también se dedicaba a producir eventos. De esa manera pasaron frente a sus ojos, domingo a domingo, bandas de hardcore, punk, skate y todo lo relacionado al mundo de la cultura urbana.

Patinetas de ediciones anteriores de Expo patinetas.
Una de la experiencias que más lo marcó fue conocer a Ramiro Luna, un legendario tatuador mexicano: “la vida me lo puso enfrente, yo estaba encendiendo la tele y se plantó enfrente mio y me dijo: ¿Qué chingados estás haciendo poniendo la tele? A pintar, cabrón”. Esas palabras aún resuenan en los oídos de Chetts y terminaron siendo su mantra. Desde ese día no ha parado de pintar.
Para Chetts fue un aprendizaje invaluable, no solamente desde el punto de vista logístico de organizar un evento, sino también del sentido de responsabilidad. Fue en Monterrey que tuvo claro que para ser exitoso tenía que ser responsable en todo el sentido de la palabra. Muchos eventos, muchas personajes y una experiencia invaluable que duró más de un año.
Llegó el momento de regresar a Costa Rica cargando en su espalda todo aquel conocimiento. En Alajuela no había casi nada y en el 2016 abrio su propio estudio.
Con el paso de los días va ganando experiencia y decide que es momento de darle otro carácter a su trabajo, comienza a buscar inspiración en las culturas ancestrales, principalmente la cultura boruca. A Chetts le preocupa que en las escuelas se le da énfasis a personajes como Juan Santamaría y se deja de lado todo el acervo cultural originario. Es claro en afirmar que lo que no se conoce no se respeta y a partir de esa reflexión comienza a incorporar íconos borucas en sus trabajos, comienza a estudiar sus crencias, su mundo y su sociedad: “El hecho de haber salido del país no quiere decir que sea tatuador, uno sigue siendo un aprendiz”.
Entre sus papeles guarda en una pequeña nota una reflexión: “…el hecho de que usted esté en su casa lo lleva a una zona de confort, nunca va a ser criticado si nunca se expone. En el camino creativo la crítica es inevitable y es un recordatorio de que con cada trabajo estamos tomando un riesgo”.
Chetts siguió tatuando pero la pintura se convirtió en parte importante de su vida. Explorando nuevos medios encontró en la madera un material que lo inspiraba y le permitía darle rienda suelta a su creatividad: “…. una vez fui a Uvita, llegué a un potrero y me encontré con una montaña de madera y de inmediato supe que aquellos trozos de madera se convertirían en mi canvas”. Para Chetts es importante que cada obra tenga una historia, de dónde vino la tabla, cuál fue la inspiración, dónde la hice y hasta con quién estaba.
Producto de esa necesidad de investigar Chetts decide pintar tablas de patineta. Le resultaba fascinante como una tabla con un par de ruedas se convertía en un símbolo de libertad y rebeldía y basado en esa idea surge uno de sus mayores proyectos hasta la fecha: Expo Patineta. Chetts estaba decidido a retar a grafiteros, tatuadores y artistas, quería sacarlos de lo convencional y enfrentarlos a un lienzo inusual. En el 2019 se consolida el proyecto y se hace realidad. Aunque económicamente no fue lo que esperaba el éxito de participación y asistencia lo motivaron a seguir adelante. Estaba convencido de que el éxito de Expo Patineta no estaba en colgar patinetas en cuatro paredes sino en crear una experiencia que diera a conocer la cultura urbana a la comunidad: “…logré que cuarenta y dos artistas dejaron su ego y pintaran en algo tan crudo como una patineta usada”.

Los Cuchillos en la inaguración de la mini rampa / Fotografía por Reno.
Aunado a este esfuerzo, Chetts suele organizar eventos de música y exposiciones de arte en los cuáles involucra no solamente a tatuadores, sino tambíen a grafiteros y diseñadores. A pesar de que sus eventos son muy populares está convencido de que el hecho de que se realicen en espacios pequeños y con recursos limitados le dan una vibra que al fin y al cabo hace la diferencia.
Hoy en día Chetts divide su tiempo entre su estudio de tatuaje Vida Eterna (que vale la pena mencionar, también tiene una mini rampa para patinetas), el proyecto de Expo Patineta y su nuevo emprendimiento: El Alacrán, una taberna que fusiona el arte con buenas bocas.

Tatuajes Vida Eterna, Alajuela.
Chetts es un torbellino de energía creativa, un espíritu indomable que se niega a encasillarse. Su vida es testimonio de que el arte no solo se practica, sino que se respira, se sufre y se desafía a cada paso. Es un claro ejemplo de cómo la pasión y la perseverancia pueden transformar la cultura de una comunidad. Desde sus inicios en el skate y el tatuaje hasta la creación de eventos que dan visibilidad al arte urbano, su trayectoria es testimonio de un compromiso inquebrantable con el crecimiento artístico y hoy continúa dejando huella en la escena cultural, demostrando que el arte no solo se crea, sino que también se comparte y se vive.
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Entrevista completa:
1 comentario
Es un héroe una persona excepcional con una gran habilidad